La visión de mujeres líderes: Crecimiento, seguridad e institucionalidad, la triada clave para levantar a Chile en las próximas décadas
Tres directoras de empresas y también cabezas de organizaciones que agrupan a distintas industrias, se reunieron en Diario Financiero en la conmemoración de sus 35 años. Las urgencias y nueva Constitución, el rol de la empresa, los riesgos del inmovilismo, además de los desafíos de género fueron parte de la agenda abordada por Katia Trusich, Karen Thal y Susana Jiménez.
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¿Cuál es el Chile que prefieren? ¿El de los próximos 35 años o el de las últimas tres décadas? Fue una respuesta mixta, algo así como ni la una, ni la otra, pero todas las anteriores. Karen Thal de inmediato cuestionó la pregunta: “Tiene una trampa” –dijo- “porque los próximos 30 años no son posibles sin los 30 anteriores”.
Justamente por ello, la respuesta a esta interrogante fue construyéndose con cierta añoranza del pasado.
“Creo que es mejor la esperanza a la nostalgia. Dicho eso, a mí me gustaría ver que el país progrese como lo hizo en los últimos 30 años. Si uno mira los indicadores de pobreza, cómo mejoró la calidad de vida, el acceso a la educación, el tema de la mortalidad, el acceso a bienes y servicios… hubo un progreso significativo y espero que eso lo podamos seguir viendo hacia adelante y esa tendencia no se vea paralizada, porque en los últimos años hemos visto un frenazo que no es bueno para las personas y el país”, sentencia Susana Jiménez, vicepresidenta de la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC).
“Más que las mujeres en la cúspide, donde ya está instalado el tema, me preocupan las mujeres en la base, las que no tienen opción de entrar al mercado laboral, estamos hablando de 1 millón y medio de mujeres que quisieran trabajar y no lo pueden hacer porque tienen el cuidado de terceros”, enfatiza Katia Trusich.
Y en esa mirada de largo plazo, desde luego, la educación es un punto que emerge de forma natural. “Si hay algo en lo que poner toda la energía en los próximos 10 años para llegar a los 30 años futuros es la educación”, dice Katia Trusich, presidenta de la Cámara de Centros Comerciales, quien advierte que “si seguimos postergando por razones ideológicas o por lentitud del Estado adecuaciones a las mallas curriculares nos vamos a perder esa oportunidad. Es clave ver dónde están las mejores prácticas, contenidos y herramientas para que los jóvenes puedan asumir los desafíos que el mundo nos va a presentar”.
Esa preocupación la recoge Karen Thal, presidenta del Instituto Chileno de Administración Racional de Empresas (Icare), quien apunta que a pesar del origen que tiene el actual gobierno, “es el único tema donde no veo que haya proyectos”, y añade que más allá de plantear una meta específica de crecimiento, lo más importante “es volver a soñar como país con ser un país desarrollado, que crece, que genera oportunidades y bienestar para todos, donde todos nos sintamos parte, y donde profundicemos la democracia”, resume.
“Creo que sí hay una diferencia entre que se apruebe y no se apruebe (la propuesta constitucional), y tal vez es lo más difícil de entender para la ciudadanía, pero también es la principal diferencia con la actual Constitución y es que en el nuevo texto hay un avance en la definición de un sistema político que haga gobernable al país”, dice Karen Thal.
Volver a pensar en política pública
A estas alturas es un mantra del mundo empresarial volver a poner en el centro de la agenda y las preocupaciones el crecimiento económico. Lo que se deduce también de las respuestas de estas tres líderes, para quienes avanzar hacia el desarrollo es un objetivo que el país, ni sus gobernantes pueden dejar de lado. “El péndulo político es tan volátil entre derecha e izquierda que nadie se puede atribuir un éxito, gane quien gane… más bien lo que tenemos que tender es hacer gobiernos de transición permanentes, donde se van pasando la posta, donde la colaboración entre lo público y lo privado esté siempre y en primer lugar de la agenda de cualquier gobierno”, enfatiza Trusich.
Lo central en este camino –agrega Thal- es salir del inmovilismo en el que ha caído el país y que a su juicio ha sido resultado de nuestro sistema político, “que no permite que los gobiernos –independiente de si te gusten o no-” avancen con sus programas.
De ahí el valor que la presidenta de Icare le da a la actual propuesta constitucional. “Aquí creo que sí hay una diferencia entre que se apruebe y no se apruebe, y tal vez es lo más difícil de entender para la ciudadanía, pero también es probablemente la principal diferencia con la actual Constitución y es que en el nuevo texto hay un avance en la definición de un sistema político que haga gobernable al país”, sentencia.
“Hay que volver a pensar de nuevo en política pública, en cambios regulatorios, en mejoras a la productividad, educación, capacitación y reconversión, porque si no esta ralentización del crecimiento económico no va a permitir un despegue”, detalla Susana Jiménez.
Para la representante de los grandes empresarios, Susana Jiménez, independiente de la posición que gane el 17 de diciembre, coincide en que lo más relevante es cerrar el proceso cuanto antes para “poder volver a dar cierta estabilidad y terminar con esos focos de incertidumbre”. Pero también advierte que no es lo único que se necesita para retomar el crecimiento.
“Hay que volver a pensar de nuevo en política pública, en cambios regulatorios, en mejoras a la productividad, en educación, capacitación y reconversión, porque si no esta ralentización del crecimiento económico no va a permitir un despegue”, enfatiza.
En materia regulatoria, Jiménez apunta a la institucionalidad ambiental y los permisos sectoriales como uno de los mayores frenos a la inversión. “Es el peor de los mundos, llenos de exigencias –que están bien, en la medida que se cumplan- pero también hay muchas arbitrariedades, cuando hay una decisión política que no deja avanzar proyectos y, eso es un reclamo que me ha tocado recoger a lo largo del país; cómo hacer que los proyectos se puedan sacar adelante en tiempo y forma, cumpliendo la regulación, pero con criterios objetivos y razonables”.
De ahí que haya cierta esperanza en el anuncio del Gobierno del Presidente Gabriel Boric respecto a cambios en la institucionalidad ambiental y en fórmulas para agilizar los permisos. “Quiero ser optimista, a veces a los Gobiernos más de izquierda les es más fácil hacer este tipo de reformas y no cuando son oposición”, añade Thal.
Rol de los privados
Por la vereda de las empresas los retos no son menores. “Hoy solo dos de cada 10 personas confían en ellas”, así de lapidaria es la estadística que maneja la directora de Cadem. Y este justamente es uno de los puntos más complejos de abordar por el mundo privado, que además de tanto en tanto se enfrentan a escándalos de empresas o altos ejecutivos que solo profundizan esta brecha.
“A veces se nos juzga por unos pocos, por una minoría, pero las empresas han avanzado muchísimo, ya sea por convicción o por que la regulación te lo exige”, explica Karen Thal, quien recientemente fue muy crítica del actuar del exCEO de Cencosud, Matías Videla, tras ser sancionado por la CMF por uso de información privilegiada.
Thal cree que si hay “algo bueno del estallido social es que el mundo de la empresa también despertó y tomó conciencia de muchas cosas que tienen que cambiar y ha ido cambiando”, pero eso aún no lo percibe o no se hace evidente en los clientes y opinión pública y ese es el trabajo que viene, asegura.
Trusic cree que en ese tránsito es clave la “colaboración” -palabra que confiesa también es su mantra-. “Hoy vivimos en estancos, vivimos en un barrio, dentro de una industria, dentro de una ideología y no hay puentes que los conecten, salvo en la medida que nos ponemos a colaborar”, dice y ejemplifica con un ejercicio que han puesto en marcha los centros comerciales junto a municipios y otros comercios.
“En lugar de decir mi centro comercial termina en esta esquina y de ahí en adelante es responsabilidad del otro, hoy lo que hacemos es colaborar, integrando las cámaras de vigilancia con el Municipio respectivo, cámaras públicas con otros comercios de barrio, con el centro comercial, de manera de atender el objetivo final que es la seguridad de todos, cubierta entre todos. Si uno colabora, conoce al que tiene en frente”, y añade que si bajo esta perspectiva se trabaja en un objetivo común, “y yo creo que el 80% de los problemas de Chile son comunes y compartidos, probablemente vamos a poder resolver nuestras mayores dificultades y también las desconfianzas”, reflexiona la representante del comercio.
Sobre este punto, Jiménez añade que las empresas también deben “mostrar más lo que hacen, abrirse a las comunidades, hay que relevarlo e involucrarse” y en esto también –dice- “hay ejemplos de colaboración entre empresas, liceos técnicos, centros de formación profesional que le da la oportunidad a los jóvenes de formarse, conocer las empresas, generar las habilidades que son necesarias y por ende, aumentar su empleabilidad”, detalla.
“Hay que volver a revalorizar lo que hacen las empresas en el país”, complementa Karen Thal. Y en ese sentido asegura que no debería existir una división entre empresarios y trabajadores. “Tenemos que entender que somos dos actores que propenden a un mismo objetivo, que trabajan en conjunto y que siempre pueden mejorar las condiciones de ambos”, precisa.
Amenazas y riesgos
Con todo, el camino al desarrollo no solo se enfrenta al inmovilismo, sino a otros riesgos latentes.
¿Existe la posibilidad de un nuevo estallido? No hay un sí o un no, pero sí está la convicción de que las demandas que dieron origen a las millones de personas que se manifestaron en las calles en octubre de 2019; salud, educación y pensiones, siguen intactas. “No hemos avanzado nada en cuatro años. Chile hoy es un país más pobre, más desigual y más inseguro, estamos peor que antes. Por lo tanto, esas cosas hay que atender”, dice Karen Thal.
Susana Jiménez coincide con lo anterior y detalla aquellos aspectos en que se ha ido agudizando. “En educación, tenemos un problema que se viene arrastrando post pandemia y ahora se suman los paros, en salud seguimos acumulando las listas de espera y en pensiones no nos ponemos de acuerdo y no pasa nada y esos son los temas que día a día golpean a la gente. Si son un germen de otro estallido no lo comparto, pero sí creo que hay que hacerse cargo de las preocupaciones de la ciudadanía con política pública y con gestión”, puntualiza.
Otro riesgo que identifican es en materia de seguridad. “Este es un tema en el que no debiera haber dos opiniones, la inseguridad vinculada a las bandas de crimen organizado, primero llegando a Chile como país corredor, después tomando territorios y después cómo esto se va tomando las instituciones... estamos en un punto de quiebre donde aún se puede poner freno y evitar que penetre a un nivel de degradación institucional, en que la gente deje de confiar en los pilares de la seguridad de una sociedad como son la Policía, el Poder Judicial, por eso es un tema tan crítico de abordar”, apunta la presidenta de la Cámara de Centros Comerciales.
Pero la lista suma y sigue. Y es que para estas líderes empresariales no atender estas urgencias y mantenerse en este inmovilismo puede abrir la puerta al populismo y poner en riesgo la democracia. “Si seguimos sin dar respuesta a los problemas que le importan a las personas, como la seguridad, ¿por qué no un Bukele va a llegar y ser electo? Ya en la última encuesta CEP quedó en evidencia que a la gente le importa menos la democracia que solucionar sus problemas…ahí está el riesgo y la urgencia”, sentencia Thal.
Retos de género: avanzar en las bases
“El estar acá conversando las tres es un símbolo de los nuevos tiempos”, dice la representante del gran empresariado, quien cree que este cambio también tiene que ver con los atributos de los liderazgos que hoy se requieren, donde indistintamente si son hombres o mujeres, lo relevante es que tengan las competencias necesarias y una capacidad de empatía y convocatoria muy distinta a la del gerente autoritario, que hoy ya no se concibe.
En materia de género, estas tres líderes tienen claro que su rol a la cabeza de organizaciones empresariales puede ser inspirador para nuevas generaciones. Pero también creen que hay un trabajo más profundo en el que deben avanzar y es en las bases. “Más que las mujeres en la cúspide (principalmente directorios), donde ya está instalado el tema, me preocupan las mujeres en la base, las que no tienen opción de entrar al mercado laboral. Estamos hablando de un millón y medio de mujeres que quisieran trabajar y no lo pueden hacer porque tienen el cuidado de terceros… Ahí está fallando el Estado con una red de protección social… Esto es en beneficio de todos, hay un estudio que habla de que cada punto de mujeres que se incorpora al mercado laboral son 0,5 puntos que se aportan al PIB, entonces como sociedad, desde el crecimiento, desde la igualdad, es muy necesario dar este salto”, enfatiza Katia Trusich.
Agrega que hay que sacar la discusión de las “élites” y buscar la forma de llevar a más mujeres a cargos ejecutivos, con más participación de género en las ternas y también apalancando un cambio cultural más de fondo, desde la educación, inculcar que los temas de crianza y cuidado son compartidos y “que en pocos años más veamos a más hombres acompañando a sus mujeres a hacer posgrados”, grafica Trusich.
Una forma de empujar este cambio, agrega Thal, es ampliando redes y con colaboración.
“Cuando uno está en cargos de liderazgo tenemos la responsabilidad de abrir las puertas a las que siguen, porque antes que nosotras también hubo mujeres que trabajaron para poder llegar donde estamos. Lo hago con alegría y siento que es parte de nuestra obligación”, menciona la presidenta de Icare, quien fue la creadora del WhatsApp de mujeres de Icare, donde participan todas las integrantes de las mesas que convocan.
Alinear objetivos de sostenibilidad
“Chile nunca antes había estado más alineado con los objetivos sostenibles del planeta y la transición energética, tenemos condiciones únicas: cobre, hidrógeno verde y litio para la electro movilidad y almacenamiento”, enfatiza Susana Jiménez. Sin embargo, la otra cara de la moneda –asegura- son las trabas y dificultades para sacar adelante estos proyectos.
¿Cómo superar esta barrera? Más allá de sortear todos los temas de permisología, la representante de los grandes empresarios añade que antes es necesario que haya una visión común de lo que se entiende por desarrollo sostenible, que es crecimiento económico, social y ambiental, “pero en la medida que se prioriza uno respecto de otro, no podemos avanzar”, destaca.
Defiende a brazo partido los avances de la empresa privada en ese sentido. Ya sea por convicción u obligación –enfatiza-“hoy no existe ningún proyecto que no se haga cargo de esa mirada, pero es una mirada de esas tres patas de la mesa. Cuando solo priorizas el tema ambiental estás dispuesto a postergar decisiones de inversión, el país no va a progresar… Si bien el crecimiento no es todo, trae efectivamente más empleo, emprendimiento, oportunidades de crecimiento, de formación, de crear capital humano para nuevas industrias, como por ejemplo, el hidrógeno verde… Entonces, hay que volver a consensuar esa mirada y no me queda claro que la tengamos consensuada todavía”, sentencia.